Un proyecto relámpago, de esos que nos desafían y nos ilusionan a partes iguales. A mediados de diciembre recibimos el encargo: transformar una agencia inmobiliaria en un espacio lleno de espíritu navideño… ¡y solo teníamos una semana!  

 

En un pequeño pueblo a las afueras de Madrid, nos pusimos manos a la obra. Cada rincón debía respirar luz, calidez y ese toque festivo que hace que la Navidad se sienta de verdad. No dejamos nada al azar: desde la iluminación hasta la decoración, todo se pensó para transmitir magia y cercanía.  

 

El resultado fue espectacular. La agencia no solo brilló, sino que dejó huella en la comunidad. Un espacio que, más allá de vender casas, consiguió emocionar. Porque la Navidad también tiene su lugar en el mundo inmobiliario.