Este proyecto nos llevó a un ático maravilloso en la calle Cartagena, donde una pareja única, con raíces brasileñas y argentinas, nos abrió las puertas de su hogar… prácticamente vacío. Solo tenían un sofá. El resto fue cosa nuestra.  

 

Querían renovar toda la casa, terraza incluida, y la transformamos con luz, mobiliario y detalles que hablaban de ellos. Él, un apasionado de la música y los libros, nos marcó el camino: cada espacio debía recibir el sonido de forma cálida y envolvente. Desde la disposición del mobiliario hasta los materiales elegidos, todo giró en torno a ese equilibrio entre armonía y vitalidad.  

 

Para el baño, que era pequeñísimo, creamos un espejo especial, dando amplitud sin perder el carácter acogedor. Cada complemento, cada pieza que sumamos, ayudó a construir un hogar lleno de vida, donde la música, la luz y la mezcla de culturas se sienten en cada rincón.